Rocío se levanta muy temprano todos los días para prepararse para sus dos empleos. Ella limpia las casas de personas adineradas, quienes a veces le regalan ropa, bolsas, o zapatos que ya no utilizan. Rocío vende estos artículos en un mercado ambulante para tener un ingreso extra.

Ella requiere de un doble ingreso porque necesita pagar las cuentas de su casa, poner comida sobre la mesa y pagar semanalmente en la cárcel para adultos en donde se encuentra su hijo mayor. Al finalizar de pagar sus deudas, a ella ya no le alcanza el dinero para visitar a su hijo menor, quien se encuentra en un centro de detención de la Ciudad de México.

Si bien ella también reside en la misma ciudad, realmente no tiene dinero excedente para cubrir los pasajes del transporte público. En medio de una pandemia tampoco es prudente para ella utilizar camiones o el metro porque significa exponerse a contagiarse del nuevo coronavirus, y ella padece de diabetes desde hace algunos años. De hecho, sus ojos ya han resentido su enfermedad y sus escasos ingresos a veces no le permiten comprar la medicina que necesita.

Todos los días Rocío extraña a sus hijos y quisiera poder verlos o platicar con ellos. Ella comprende que sus muchachos estén en detención, pues cometieron un acto que va en contra de la ley, pero eso no separa el hecho de que, como madre, sea siempre necesario para ella estar cerca de sus hijos y poder abrazarlos y apoyarles, en un momento que necesitan de la fuerza y entereza que sólo las madres tienen.

Al conocer acerca de la situación de Rocío, se le extendió la invitación a participar en la primera Reunificación Familiar que realizamos en Ciudad de México. Se le brindó el apoyo de transportación privada al centro de detención donde se encuentra su hijo menor, así como también de vuelta a su casa. 

Por medio de las Reunificaciones Familiares del proyecto Movilizando Voluntarios brindamos apoyo a las familias de escasos recursos quienes no pueden visitar a sus hijos en los centros de detención al proveerles de transportación desde sus casas, ida y vuelta, para poder convivir con sus hijos. También se les otorga un Kit de Enseres para que puedan entregarlo a su hijo, o hija, al realizar la visita, y de esta manera continuar el apoyo a los ingresos de cada familia.

Aunque Rocío quería visitar a su hijo desde hacía mucho tiempo, la pandemia no se lo había permitido, ya que los centros de detención para menores permanecieron cerrados a todo tipo de visitas durante muchos meses. Los permisos para visitas ya se han vuelto a instaurar en la Ciudad de México, por lo que Rocío no dudó en aceptar el apoyo que le ofrecíamos.

La acompañamos durante su viaje y la visita a su hijo. Ella le llevó a su hijo un recipiente con huevo revuelto con jamón, chiles en escabeche, pan, y un refresco. Pasó todos los filtros de seguridad y de higiene. Ella esperó en un jardín a que su hijo saliera a verla. Su mirada se iluminó en cuanto lo vió. Ambos se abrazaron fuertemente por unos segundos y luego se sentaron a comer y platicar, después de muchos meses de no hacerlo. Fueron madre e hijo, como siempre lo han sido, aunque esta vez se encontraran tras las rejas.

Es sumamente importante mantener a estas familias unidas. Las familias son el primer vínculo de un adolescente con la sociedad, y son de gran ayuda al intentar una reintegración positiva del adolescente, una vez terminado su tiempo en detención. Cuando a un familiar le es negada la posibilidad de contacto con el adolescente, se crea una división aún más profunda entre ellos, el sistema de justicia juvenil y la sociedad. El familiar no tiene manera de saber si el adolescente se encuentra bien de salud física y mental. El adolescente, a su vez, se puede sentir abandonado, desesperanzado, y reafirmar la creencia de que él o ella no son parte de una sociedad que les tenga consideración, generando así una mayor posibilidad de reincidencia en la criminalidad al carecer de confianza y comprensión por parte de la sociedad.

Es por todo lo anterior que en JJI tenemos la convicción de que para generar una sociedad más tolerante, incluyente y segura, debemos mantener la relación del adolescente en conflicto con la ley y su núcleo familiar. Los jóvenes deben tener contacto con su familia, expresar su manera de sentir y sentirse apoyados y comprendidos. 

Ayúdanos a proveer de asistencia a más familias con Reunificaciones Familiares al hacer una donación que nos permita cubrir los costos de transportación de más madres y padres en todo el país. Dona hoy esperanza y bienestar para estas familias separadas.