Los jóvenes en detención son, ante todo, adolescentes. Los jóvenes deben poder afirmar que participan en los mismos tipos de actividades saludables, educativas y apropiadas para su edad que experimentarían en la comunidad. Estos estándares aseguran que los jóvenes detenidos reciban una educación académica completa, con servicios especiales para quienes tienen discapacidades o dominio limitado del inglés. Los jóvenes deben salir al aire libre con regularidad; hacer ejercicio físico; participar en una variedad de actividades recreativas, de enriquecimiento y desarrollo de habilidades; tener la oportunidad de practicar su religión; y contar con tiempo y espacio para el descanso, la tranquilidad y la reflexión.

Esta sección también abarca las formas en que se motiva y estimula a los jóvenes mediante intervenciones terapéuticas, refuerzo positivo, celebraciones de logros e incentivos por buen comportamiento.