Entrevistando a un adolescente en detención preventiva en 2013.

Este año comenzamos un nuevo proyecto en la Ciudad de México. No hemos colaborado con los centros de detención juvenil en la Ciudad de México durante tres años. Hoy fue la primera vez que retorné a un centro de detención preventivo en la Ciudad de México. En el año 2013, era común ver hasta 250 adolescentes en un centro de detención preventiva, los cuales estaban diseñados para albergar a tan solo 160 adolescentes. Hoy sólo habían 44. De los seis dormitorios que hay, solo cuatro albergan a los adolescentes. Hay más de cien camas vacías. Proporcionamos material escolar a cada uno de los adolescentes. Fue abrumador ver a tan pocos niños.

Un dormitorio en el centro de detención preventiva en 2013, lleno a su máxima capacidad.

En 2013, tras un año de haber trabajado con la Corte Superior de Justicia en la Ciudad de México, presentamos un estudio recomendando que se implementara una “Unidad de Servicios Preventivos”. Sería tan solo la segunda unidad con fines similares para jóvenes en todo México. El año pasado la unidad de servicios para detención preventiva juvenil en la Ciudad de México operaba a un 100%. Además, una nueva ley que fue emitida menciona que los adolescente ya no tienen que pasar hasta un mes para tener una audiencia para fijar la fianza, sino que está ahora garantizado que obtendrán dicha audiencia durante los primeros dos días después de su arresto. Como resultado, cientos de niños no tendrán que pasar ni un sólo día en detención y cientos más serán liberado en su audiencia para fijar la fianza.

Una hilera de camas aseadas en 2013.

En 2013 expusimos los problemas que conlleva la detención preventiva excesiva en la Ciudad de México. Esta increíble transformación es una realidad gracias al liderazgo de la Corte Superior, al reconocimiento de que la detención preventiva es excesiva y a que varias organizaciones sin fines de lucro contribuyeron con entrenamiento y abogacía. Hoy cientos de niños evitarán ser detenidos y como resultado tendrán una oportunidad de un futuro mejor. En lo personal, yo me sentí muy feliz de volver al centro de detención y ver que se encontraba casi vacío, gracias a nuestro trabajo.

No veré las caras de los niños que no fueron enviados a la detención preventiva. Ellos nunca sabrán que nuestros esfuerzos les ayudaron a mantenerlos fuera de la detención. Pero hoy se sintió muy bien no verlos en detención.